martes, 25 de agosto de 2009

Antolofagia II



CAOS

Edificios de la memoria en llamas,
ojos alambrados por la lluvia y el odio,
un libro negro de hojas muertas,
boca de alfiler en alquiler de besos,
desmayo del cuerpo oculto en el espejo…

Memorizar el silencio de noche
en el desnudo ropaje del sueño,
disparo de una palabra articulando el miedo,
la luna en un cenicero,
y el 11 de Setiembre
inaugurando escombros
y cementerios.




LO QUE ME DIO BUENOS AIRES


Vino blanco a las tres de la tarde,
un complejo asesinato de silencios,
una hora almenos de sueños insurrectos,
el café, el diario, la melancolía sin remedio,
una mujer al lado, sin labios, sin espejo,
de nubes decorado el cuerpo.

Soledad de Buenos y un retrato.




ANTEOJOS SOBRE EL LIBRO


Anteojos sobre el libro
custodian
las puertas visibles
del silencio,
y sólo leen aquello
que se resiste
a estar muerto.

MADAME LA MORT

A Manuel Mujica Lainez


Pálido llanto de azulejos
y azul y lejos
la parcela de un mundo
en el cuadrado perfecto.

Es verosímil
y felizmente risible:
para salvar a un niño
Madame La Mort
ha sido burlada
por un Hombrecito.


NATALIO RUIZ

Recordando a Sui Generis

Natalio Ruiz
se saca el invierno
del sombrero
y gris la boca
del agujero
en ella caben
las hojas de los árboles
y los sueños del verano
en el poema de paloma
de una canción lejana.


“JUANITO LAGUNA”
A Antonio Berni


Juanito Laguna,
en tu boca
nada un barco de papel,
en el papel
palabras de silencio,
y en la piel de los silencios
un grito que nace
para vencer el hambre,
las sombras y el frío
con un sueño que borre
la tristeza del naufragio
en tu alma de niño,
húmeda en la lluvia
y en los ojos del que ignora
su propia miseria.

NO QUIERAS ENCONTRARME

No quieras encontrarme culpable
para dibujar una sonrisa en tus ojos y salvarte,
temblar entre mis brazos un instante,
y volver con el temblor del frío al viejo mundo
donde escondieras el calor de tus afectos en las piedras,
donde mi amor hirió la muerte y me hizo presa
de los labios secos de la tumba.

No quieras encontrarme;
aquí blanquea el aire vivo
el tibio amanecer sin los cuchillos de tus manos,
y puedo ver las bahías desoladas
sin merecer la ingrata lástima
de tu mirada esquiva y subterránea.

En este sitio no lastiman
los soles crepusculares
que en los ocasos brillan,
tomando en paz el fruto que madura
sin el agrio lagrimar dentro de mis labios,
abrazándome en silencio a las palabras
sin caer hambriento…

No quieras encontrarme,
vuelve a tus paredes blancas,
a tus espacios reducidos,
a los jardines del otoño,
a los claveles y rosas
del persistente recuerdo.

Vuelve y no me encuentres
en los sillones altos,
en las persianas grises.

Deja que mi terrible llanto se suceda,
crepite o muera
dentro de la fría tumba del olvido.

HAY QUE DORMIR APURADOS

Hay que dormir apurados
los ojos apenas sumergidos
en el sueño
la boca convertida en caramelo
los brazos y los pies
ligeramente desmayados
el cabello libre sobre el rostro
de la amada o el amado.

Hay que dormir apurados
no sea que Ella nos sorprenda
y ya no podamos despertarnos.



SONETO DE MUJER Y LLUVIA

La lluvia verterá su llanto frío
en mi boca de sombra amanecida,
dará al silencio voz y piel de río
y besará tu pie de rosa herida.

Confundirá los muros desleídos
con la tinta en mi rostro envejecido,
por buscar en las calles tus latidos,
tus pisadas de canto anochecido.

Vendrá con coplas a sembrar los tilos,
a perfumar mi insomne, oscuro oído,
y a esperar a que tu paso corte hilos
de su brazo de alfiler ya caído…

Poesía de mujer, papel desnudo,
te protege la lluvia, ella es tu escudo.

MAESTRA: CORAZÓN DE LIBRO

El niño con sus ojos muerde
la sombra del silencio
y abre tu corazón de libro
herido por el sueño y el latido
que el espejo del recuerdo torna en río.

Te sabe Madre, ave peregrina,
que le enseña geografías y alfabetos
del paisaje rumoroso de sierras y de montes,
fragante la madera de los árboles
para guitarra alegre en manos de los pobres,
y flores con esencia del verdor de primavera
en los huesos escarchados del otoño,
y los sudores de harina que endurecen la luna
y las fatigas del alba…

Guardapolvo candoroso de paloma,
tiza, pizarra y eco de campana,
siembras con palabras la vida que exilia
la prisa bulliciosa…
Sabio reposo que mañana el niño,
hecho hombre,
cosechará en su alma.



RESPIRA

Respira en la pupila
del que mire tu fotografía
mudar de guardarropa
de escenografía
de piel y de ceniza.

Camina
adelgaza la mirada y mira
cómo cambia aquello que miraba.

Respira complacido/
complacida por el nuevo día
que aquello que te falte
no sea tu condena
ni el hambre del que sufre
tu comida.

Desnúdate y sé la sombra futura
que oxigena y late con un alma
cuando se juntan muerte y vida.

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